Sentimientos de confusión, decaimiento desanimo
Solemos asociar el agotamiento al ritmo trepidante de la vida moderna, con su estresante ritmo laboral y su exigente demanda familiar. "En otras épocas", pensamos a veces, "la vida era más sencilla". Y puede que lo fuera o puede que no, pero lo cierto es que el decaimiento y los episodios de fatiga nos han acompañado toda la historia.
Galeno e Hipócrates, los grandes médicos de la Grecia clásica, ya escribieron sobre pacientes agotados sin, a priori, mayor explicación. Ellos entendían que el bienestar era un equilibrio entre unos "humores" o líquidos que teníamos en nuestro cuerpo, y achacaban aquel decaimiento al aumento en nuestro cerebro del llamado "humor negro", que por supuesto no existe más que como recurso para cómicos.
En la Edad Media le echaban la culpa de esta fatiga al "demonio del mediodía", asociando un episodio de fatiga a echarse una siesta, ahí es nada. La modernidad trajo nuevas explicaciones: los aires de las fábricas, los horarios laborales, las exigencias del mercado. ¿Son estas las respuestas? Pues en parte sí… y en parte no.
El decaimiento como señal
El error es creer que el decaimiento es la dolencia que sufrimos. No lo es, como no lo es la fiebre: son signos de que algo no funciona bien. Son señales que envía nuestro cuerpo para que le prestemos atención.
Con la fiebre es posible que haya infección de algún tipo. Con el agotamiento, en cambio, las causas pueden ser muchas:
- Puedes estar bajo una presión laboral o personal importante o prolongada en el tiempo, que te mantiene todo el día en estado de alerta y por tanto consume tus fuerzas.
- Puedes estar llevando una vida poco saludable, con una dieta desequilibrada y falta de vitaminas y minerales, sedentarismo y poco o mal descanso.
- Puedes tener alguna carencia concreta de algún mineral, como el magnesio, que está relacionado con la obtención de energía celular (En este artículo (link a post 6) sobre el magnesio encontrarás más detalles sobre sus funciones); o de alguna vitamina, como la tiamina o B1, que favorece el metabolismo energético adecuado. Por citar un par de ejemplos.
- Puedes estar sufriendo un episodio de astenia relacionado con el cambio de luz solar, que desregula nuestra producción hormonal y desajusta nuestros biorritmos.
Dale a tu cuerpo lo que necesita, y tu cuerpo dejará de gritar pidiendo ayuda con esa sensación de decaimiento.
La alexitimia es un término que puede resultar desconocido para muchos, pero es muy importante para la comprensión de las emociones humanas. El hecho de que una persona tenga este trastorno, no significa que no sienta o que no tenga emociones, todas las personas tenemos la capacidad para sentir emociones. Se trata de una condición en la que una persona tiene dificultades para identificar, describir y expresar
Tipos de alexitimia
Alexitimia primaria: está desencadenada por un factor biológico, es una característica de ciertos trastornos psicológicos y médicos como el trastorno del espectro autista, la depresión, el trastorno de estrés postraumático y algunas enfermedades neurológicas
Alexitimia secundaria: se debe a causas contextuales, psicológicas o sociales, es característica en personas sin ningún trastorno subyacente que tienen dificultades para identificar y expresar emociones. Se considera un estado, más que un rasgo de personalidad, y por tanto podría mejorar cuando el motivo que dio origen a la alexitimia quede solventado.
Causas de la alexitimia
Las causas de la alexitimiaestán relacionadas con que no todas las personas llegan a desarrollar la capacidad para comprender, identificar y expresar lo que sienten ya que este aspecto depende, por un lado, de la historia de aprendizaje emocional que cada uno tiene en su historia personal. Como, por ejemplo:
Pertenecer a una unidad familiar en la que hay poco espacio para la expresión emocional.
Haber experimentado un trauma emocional, la alexitimia se convierte en un mecanismo de defensa frente a las emociones.
También puede ocurrir que a lo largo de la vida de esa persona haya rechazado, negado o invalidado sus emociones.
Por otro lado, también puede haber un problema a nivel estructural en el cerebro donde se vea afectado el sistema límbico (sistema emocional) o la conexión entre el hemisferio izquierdo y el derecho.
¿Por qué es un problema?
El déficit para identificar emociones genera diversos problemas en diferentes esferas de la vida de una persona:
- Dificultades en las relaciones interpersonales. Al no poder expresar sus emociones de manera adecuada, pueden experimentar dificultades para comunicarse de manera eficaz con los demás y para mantener una conexión emocional con otras personas, por lo que el establecimiento de relaciones intimas y satisfactorias es muy complicado.
- Problemas de salud mental: la falta de conciencia y expresión emocional puede contribuir al desarrollo de trastornos como la depresión, ansiedad y el estrés.
- Desconexión del mundo emocional: las emociones nos aportan información muy valiosa acerca de nuestra experiencia. Nos ayudan a sobrevivir ya que aportan información de si lo que estamos viviendo es positivo o negativo.
Dificultades en la toma de decisiones: Si no conectamos con nuestras emociones, tampoco conectamos con nuestras necesidades por lo que cuesta mucho tomar decisiones personales.
Síntomas de la alexitimia
La alexitimia puede variar en gravedad y no todas las personas con esta condición experimentan todos los síntomas:
– Escaso autoconocimiento
– Dificultad para identificar o reconocer emociones propias o de otros
– Dificultad para expresar emociones sentimientos
– Dificultad para establecer relaciones interpersonales de calidad
– Poca imaginación
– Lenguaje muy racional, basado en hechos y tono de voz con falta de expresividad
– Excesiva racionalidad, pueden percibirse como personas frías.
– Falta de empatía, les cuesta entender la emocionalidad de los demás
– Vulnerabilidad a la somatización
Tratamiento de la alexitimia
Es importante empezar por una profunda evaluación en la que se determine cuál es el origen de las dificultades emocionales. Lo que se trabajaría a nivel psicológico sería el desarrollo de la Inteligencia emocional. En función de las necesidades y características individuales, existen diferentes enfoques terapéuticos para abordar este trastorno entre los que se encuentran:
- Terapia cognitivo- conductual: ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la dificultad para expresar emociones. Se exploran pensamientos automáticos relacionados con las emociones y se aprende a modificarlos.
- Terapia de habilidades emocionales: enseña a identificar, nombrar y expresar emociones. Incluye ejercicios como diarios emocionales o escalas de intensidad emocional
- Mindfulness y meditación: es útil para desarrollar una mayor conciencia de los propios estados emocionales y físicos. La práctica de la atención plena puede ayudar a sintonizar con las emociones y aprender a observarlas sin juzgar.
- Terapia de grupo: participar en grupos de apoyo o terapia de grupo proporciona un entorno de apoyo y sensación de comunidad.
Terapia interpersonal: ayuda a las personas con alexitimia a mejorar la comunicación y las relaciones con los demás, incluyendo la práctica de expresar afecto y empatía.
Si crees que es necesario trabajar en alguno de estos aspectos, pide ayuda, nunca es tarde para desarrollar esta capacidad, contacta con un profesional de la salud mental y ten en cuenta que es un proceso gradual y requiere tiempo y práctica.
El desánimo forma parte de nosotros: todos los seres humanos lo hemos sentido alguna vez.
En septiembre, especialmente, se siente desánimo al regresar al trabajo o ante la paulatina falta de luz solar (en invierno nos desanimamos más). En muchas ocasiones, las personas no saben realmente si padecen un desánimo profundo o incluso un inicio de depresión.
Sentimos apatía, el único deseo de no hacer nada, de no querer relacionarnos, y a su vez ese mismo desánimo nos provoca preocupación y frustración.
¿De dónde vienen esas sensaciones? ¿Cuándo estamos hablando realmente de una depresión? ¿De qué forma gestionas y entiendes ese estado de ánimo?
- Artículo relacionado: "Psicología emocional: principales teorías de la emoción"
¿Qué entendemos por desánimo?
El desánimo es una de las sensaciones más incapacitantes de nuestra vida. No es un estado de ánimo intenso, sino sutil, que va conquistando tus acciones, pensamientos, rutinas y día a día. El desánimo te lleva a cancelar planes, a querer iniciar proyectos pero finalmente vuelves al móvil o al sofá, te aísla y te protege en una burbuja invisible. Una burbuja protectora que, en realidad, te está impidiendo vivir tal y como quieres.
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Sentir en ciertas ocasiones de nuestra vida varios días de desánimo o un desánimo profundo es una reacción natural ante estímulos estresantes o debido a un aprendizaje emocional. Sin embargo, hoy día es mucho más frecuente e incapacitante que antes.
Los motivos son claros: ni nuestro modo de vida está adaptado a nuestras necesidades (sino a necesidades económicas, industriales, laborales, etc.), ni nuestro mundo digital de la sobre información nos ayuda (nuestro reciente apego a la tecnología provoca desánimo al funcionar esta tecnología como un mecanismo adictivo... aquí entran tanto un móvil como las redes sociales, plataformas de streaming, etc.), y sobre todo, porque nuestra cultura nos hace ignorar el desánimo, taparlo, hasta que ya consideramos que la depresión nos atrapó.
En mi trabajo como psicólogo y coach acompañando a personas en sus procesos de cambio personal, cada vez son más quienes sienten un desánimo recurrente. Puede ser el primer problema que quieren cambiar, o a veces el desánimo acompaña a la ansiedad. Este aumento no debe relajarnos: debemos abordar el problema desde su raíz, no solo con parches. ¿Por qué nos desanimamos tanto? ¿Cómo gestionar esa sensación para que no sea tan intensa, frecuente y duradera?
Aquí voy a hablarte de las 3 causas principales del desánimo y sus soluciones según los casos reales de las personas que tenían este problema en los últimos años y a las que he acompañado en sus procesos para que lo solucionaran al 100%. Vamos a por ello.
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Las causas del desánimo profundo, y cómo os afectan
El desánimo es una sensación asociada con la tristeza, que incluye cansancio y la idea de que lo que hagamos no merecerá la pena. Pudiéramos entender el desánimo como una especie de tristeza de baja intensidad pero que se mantiene con los días o semanas, exactamente igual que la ansiedad es un miedo que se ha generalizado y nos acompaña cada día.
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Sin embargo, el desánimo no tiene por qué ser necesariamente una depresión. La depresión es un estado de desánimo mayor cuyo diagnóstico requiere de varias condiciones, siendo algunas de ellas la sostenibilidad del tiempo (entre 3 y 6 meses) y ante todo que la sintomatología nos impida tener una vida funcional en algún aspecto (no poder ir al trabajo, rehuir relaciones, etc.).
En el caso del desánimo, sí podemos afrontar lo justo y necesario, pero lo vivimos sin ilusión ni motivación. Aquí llega la primera sorpresa: el desánimo, muy al contrario de lo que creemos, no es un problema primario, sino una consecuencia.
El ser humano no se desanima fácilmente porque no es funcional ni práctico desanimarse. El desánimo siempre es una consecuencia o resultado de un problema raíz que, sino solucionamos a tiempo, desencadena desánimo. Pueden existir tres causas para el desánimo.
1. Reacción ante sucesos externos
A lo largo de nuestra vida vivimos situaciones y experiencias difíciles, que no esperamos, nos someten a estrés y nos provocan desánimo. Puede tratarse de un suceso impactante e inesperado (una ruptura, problema de salud, fallecimiento de un ser querido) o por una acumulación de estrés con el paso del tiempo (cuando vivimos coartando nuestras ilusiones por factores personales, laborales, una relación donde dependemos demasiado del otro y te olvidas de tu bienestar, etc.).
Como vencer el desanimo